Un estudio reciente publicado en prión investigó si los perros entrenados para la detección de olores podrían usarse para la vigilancia de la caquexia crónica (CWD, por sus siglas en inglés).

Fondo
La caquexia crónica es una encefalopatía espongiforme transmisible (TSE) mortal o enfermedad priónica de los cérvidos y puede provocar una disminución de la población a largo plazo. Afecta a varios miembros de la familia Cervidae, como el alce, el venado cola blanca, el venado bura y el alce. Los estudios de modelado han sugerido que se requiere una detección temprana con una prevalencia de menos del 1% para controlar, mitigar y potencialmente erradicar la enfermedad.
Las EET se caracterizan por una patología del sistema nervioso central (SNC) debido a una isoforma plegada de manera aberrante de una proteína priónica normal. El período de incubación de la CWD oscila entre 16 meses y hasta cuatro años. Aunque la CWD siempre es fatal, los signos clínicos, que incluyen ataxia, neumonía por aspiración, temblores de cabeza, regurgitación y cambios de comportamiento, pueden tardar hasta dos años en desarrollarse después de la infección.
La caquexia crónica puede transmitirse por contacto con heces, sangre, saliva u orina contaminadas de personas infectadas. Los priones de CWD son persistentemente infecciosos en el medio ambiente durante al menos dos años. Actualmente, las pruebas post mortem son el diagnóstico estándar de CWD y aún no se han aprobado pruebas ante mortem. Los perros de detección se utilizan cada vez más para estudios/encuestas de conservación, y su uso para la vigilancia de la caquexia crónica puede identificar eficazmente las regiones infectadas.
Sobre el estudio
En el presente estudio, los investigadores evaluaron si los perros entrenados podían distinguir entre muestras fecales positivas y negativas para la caquexia crónica en el laboratorio y buscar heces positivas para la caquexia crónica en el campo. Tres perros fueron entrenados y probados. Los perros pueden buscar en una rueda de olores de ocho puertos en el laboratorio, cambiar su comportamiento cuando alertan sobre el olor de entrenamiento (objetivo) o dejar la rueda sin el olor objetivo.
Dos perros fueron entrenados para estos comportamientos en una clase de detección médica por el centro de perros de trabajo veterinario de Penn (PVWDC), mientras que el tercer perro fue entrenado de forma independiente por el equipo de investigación de PVWDC. Las muestras fecales positivas y negativas para la caquexia crónica se obtuvieron del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (EE. UU.).
Se recolectaron muestras fecales positivas de ciervos en una etapa temprana de la enfermedad cuando solo se vio afectado el tejido linfático o en una etapa posterior cuando se vieron afectados tanto el cerebro como los ganglios linfáticos. Los perros se entrenaron con muestras únicas positivas y negativas para la caquexia crónica y se analizaron con muestras novedosas que no se usaron en el entrenamiento. Se examinó el efecto del estado de CWD en el tiempo dedicado y alertado sobre muestras en la rueda de olor y alertas sobre muestras en el campo.
Recomendaciones
Los perros participaron en tres pruebas doble ciego de tres ensayos, cada uno con cinco muestras de prueba positivas para CWD y 24 muestras de prueba negativas para CWD. Los perros alertaron sobre cuatro (de seis) muestras positivas recolectadas en un punto posterior de progresión de la enfermedad. Alertaron sobre tres (de nueve) muestras positivas recolectadas en la progresión temprana de la enfermedad.
Los animales pasaron significativamente más tiempo en muestras positivas que negativas en la rueda de olores, lo que sugiere su capacidad para distinguir entre muestras positivas y negativas. Además, los perros alertaron con más frecuencia sobre muestras positivas que negativas en la rueda de olores, aunque la sensibilidad fue baja (40%).
En el campo, los perros alertaron sobre ocho muestras positivas (de 11), incluidas tres muestras recolectadas en la etapa posterior y cinco muestras recolectadas en la fase inicial. Los perros mostraron una falsa alerta en 14 muestras negativas. Asimismo, los perros alertaron con más frecuencia sobre muestras positivas que negativas. En particular, los guías siempre identificaron correctamente las alertas de los perros en las muestras positivas, pero identificaron incorrectamente ocho alertas falsas como correctas.
Conclusiones
Los investigadores realizaron experimentos de prueba de concepto para evaluar el uso de perros detectores de olores en la vigilancia de la caquexia crónica. El primer experimento en el laboratorio midió la capacidad de los caninos para diferenciar entre muestras fecales positivas y negativas de CWD de venados de cola blanca en una rueda de olor.
El experimento de campo evaluó su capacidad para buscar materia fecal positiva para CWD en un entorno de campo naturalista. Los hallazgos revelaron que los perros en el laboratorio pasaban más tiempo y alertaban con más frecuencia sobre muestras positivas en la rueda de olores. Asimismo, alertaron con mayor frecuencia sobre muestras positivas en campo.
Juntos, estos hallazgos sugieren que los perros detectores de olores podrían entrenarse para identificar la materia fecal positiva para la caquexia crónica, lo que destaca su potencial como recurso para el control/vigilancia de la caquexia crónica. Los estudios futuros deberían centrarse en mejorar los métodos de entrenamiento y la precisión canina en comparación con otros métodos ante mórtem.


