En un estudio reciente publicado en COVID-19los investigadores exploraron la asociación entre las arritmias cardíacas en niños y la infección por la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19).

Fondo
El síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2) es una enfermedad extremadamente infecciosa. Si bien se ha realizado una amplia investigación sobre los diferentes aspectos de la enfermedad, la investigación relacionada con las anomalías del ritmo cardíaco en los niños infectados con COVID-19 es muy inadecuada.
Durante una infección paucisintomática por SARS-CoV-2, un niño y un adolescente con cardiopatía congénita (CHD) junto con un marcapasos informaron taquicardia fascicular y aleteo auricular, respectivamente. La situación hemodinámica de los pacientes era estable. Este es el primer informe de estas taquiarritmias observadas como una posible consecuencia arrítmica durante la infección activa paucisintomática por SARS-CoV-2.
El presente estudio presentó dos casos de arritmia asociada a COVID-19 informados entre marzo de 2020 y octubre de 2021.
Presentación del caso 1
Lactante de 10 meses de edad ingresó a urgencias pediátricas tras 24 horas de agitación y llanto inconsolable sin presencia de fiebre, problemas gastrointestinales o respiratorios. El estado hemodinámico del bebé era estable y su presión arterial era típica para su edad, pero su ritmo cardíaco presentaba taquicardia.
No se detectaron roces pericárdicos cardíacos ni soplos. Además, no se identificaron señales patológicas gastrointestinales ni respiratorias. Según el ecocardiograma (ECG), se detectaron 220 latidos por minuto (lpm) de taquicardia ventricular sostenida. No había evidencia de enfermedad cardíaca congénita, dilatación coronaria o disfunción ventricular en el ECG. El recién nacido tampoco tenía antecedentes familiares de anomalías del ritmo o muerte súbita.
El hisopado nasofaríngeo recolectados antes de la admisión dieron positivo para COVID-19, aunque todos los demás análisis de sangre, incluidas las pruebas inflamatorias y la troponina, fueron negativos. Además, la serología de SARS-CoV-2 reveló una inmunoglobulina (Ig)-M alta título de anticuerpos. Aunque todavía se detectaron algunos paroxismos de taquicardia en los siguientes cuatro días, el tratamiento continuo con amiodarona intravenosa fue beneficioso. El tratamiento antiarrítmico intravenoso se acompañó con la administración oral hasta que la amiodarona se administró en su totalidad por vía oral.
En general, la arritmia se manejó de manera efectiva y no se informó recurrencia de la taquiarritmia ventricular. Después de cinco días, un segundo ecocardiograma reveló una función biventricular sistólica y diastólica normal, así como un tamaño normal de la arteria coronaria. Después de 21 días de recuperación con medicación antiarrítmica oral con amiodarona, el paciente fue dado de alta con ritmo sinusal estable.
Presentación del caso 2
Adolescente de 16 años con cardiopatía congénita con comunicación auriculoventricular (AVSD) corregida quirúrgicamente junto con un marcapasos bicameral utilizado para el bloqueo AV total posquirúrgico que experimentó palpitaciones dos días antes de su ingreso en la sala de emergencias pediátricas.
Al comienzo de los síntomas, el control remoto del dispositivo reveló el inicio del aleteo auricular dos días antes. Se observó que esta taquiarritmia supraventricular nunca se había reconocido durante los controles periódicos posteriores al meridiano (PM) previos. a través de la telemedicina. El paciente llegó al servicio de urgencias con un estado hemodinámico estable y sin síntomas, mientras que el ECG reveló un aleteo auricular 2:1 a una frecuencia cardíaca de 120 lpm.
El hisopo nasofaríngeo obtenido antes de la admisión del paciente fue positivo para COVID-19, aunque todos los demás análisis de sangre fueron negativos. La proteína C reactiva (PCR), las otras pruebas para la inflamación, así como la troponina, dieron negativo. El ECG no reveló evidencia de insuficiencia de la válvula auriculoventricular, dilatación coronaria o disfunción ventricular. Se administró medicación anticoagulante con heparina subcutánea sin tener en cuenta un tratamiento antiarrítmico.
Después de 15 días en cuarentena, el hisopo nasofaríngeo del paciente dio negativo para COVID-19. El control remoto del instrumento reveló la restauración espontánea del ritmo sinusal de acuerdo con la negativización del hisopo. En los siguientes seguimientos a mediano y corto plazo, el equipo no identificó arritmias supraventriculares.
Conclusión
Los hallazgos del estudio destacaron que la literatura mundial que revela la asociación entre COVID-19 y las arritmias cardíacas pediátricas se está expandiendo. Estos casos representan la primera vez que estas taquiarritmias se documentan como probables consecuencias arrítmicas con una infección activa paucisintomática por SARS-CoV-2. El patrón de autorresolución de la AFL y la eventual resolución de la taquicardia fascicular se informó junto con la negativización con hisopo. Los investigadores plantearon la hipótesis de si la resolución de esta taquicardia está asociada con la infección por SARS-CoV-2.


