Un editorial reciente publicado en el Revista de virología resumió la evidencia sobre las hipótesis de origen del síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2).
Se debaten dos hipótesis principales sobre el origen del SARS-CoV-2: zoonosis directa y fuga de laboratorio. El primero establece que el SARS-CoV-2 surgió debido a un contagio natural de animales a humanos, seguido de una transmisión sostenida en humanos. Según la hipótesis de la fuga de laboratorio, los investigadores crearon o cultivaron el SARS-CoV-2, y una exposición accidental resultó en la pandemia.
Editorial: Un análisis crítico de la evidencia de las hipótesis del origen del SARS-CoV-2. Crédito de la imagen: NIAID
La evidencia científica por sí sola no puede dar una respuesta definitiva. Establecer la hipótesis de la fuga de laboratorio requiere evidencia del Instituto de Virología de Wuhan (WIV) de que estaba trabajando en un CoV estrechamente relacionado con la cepa SARS-CoV-2 Wuhan. Si dicho trabajo se hubiera realizado en el instituto, entonces los casos iniciales de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) podrían haber estado entre el personal de WIV. Si bien China ha refutado esto, falta transparencia.
Establecer la hipótesis de la zoonosis requeriría evidencia de los eventos indirectos. Sin embargo, esto es difícil ya que los eventos indirectos podrían haber pasado desapercibidos. Además, los niveles de certeza para probar definitivamente cualquiera de las dos hipótesis difieren significativamente. Por lo tanto, examinar la mejor evidencia disponible solo puede arrojar luz sobre la viabilidad de estas hipótesis. Como tal, los investigadores del presente estudio postulan y analizan críticamente varias hipótesis sobre el origen del SARS-CoV-2.
Hipótesis 1: el SARS-CoV-2 surgió de un CoV adaptado al laboratorio
Si el SARS-CoV-2 tuviera un origen de laboratorio, el genoma viral contendría firmas debido a la propagación en el laboratorio. Muchos investigadores han cultivado aislamientos humanos de SARS-CoV-2 durante los últimos tres años y han observado constantemente la eliminación del sitio de escisión de furina en el proteína de espiga. Sin embargo, los primeros aislamientos de SARS-CoV-2 contienen un sitio de escisión de furina intacto, lo que contradice la hipótesis de que el SARS-CoV-2 se introdujo en los humanos después del cultivo en el laboratorio.
Hipótesis 2: el SARS-CoV-2 se produjo en el laboratorio
Aunque algunos informes sugieren que el SARS-CoV-2 contiene características de la tecnología del ADN recombinante, esta teoría ha sido refutada, incluso por la comunidad de inteligencia de los Estados Unidos (EE. UU.). Estudios recientes sugieren que los aminoácidos N-terminales al sitio de escisión de furina, que comprende el bucle de escisión, son críticos. La longitud del bucle y un sitio de glicosilación definen la contribución del sitio de escisión a la virulencia del SARS-CoV-2. Dado que esto no se entendió antes de 2020, la ingeniería deliberada del sitio de división para mejorar la patogénesis viral era improbable sin esta información.
Hipótesis 3: el SARS-CoV-2 fue una zoonosis de murciélagos introducida en humanos
Las especies de murciélagos son anfitriones de diversos CoV. Desde el brote de SARS-CoV de 2003, se sabe que los murciélagos sirven como un reservorio de CoV con el potencial de contagio. Los extensos esfuerzos de vigilancia y epidemiología molecular identificaron a los gatos de civeta en los mercados vivos de Guangdong como la fuente próxima del SARS-CoV. A su vez, estos gatos probablemente fueron infectados por murciélagos.
Si bien aún no se ha identificado un huésped intermedio para el SARS-CoV-2, es factible una aparición similar. Los análisis filogenéticos revelaron una brecha evolutiva considerable entre los CoV de murciélagos estrechamente relacionados y el SARS-CoV-2. Por ejemplo, RaTG13, el CoV de murciélago más estrechamente relacionado, difiere de los aislamientos iniciales de SARS-CoV-2 en más de 1000 nucleótidos, lo que equivale a una distancia genética de alrededor del 4 %.
Por lo tanto, RaTG13 no es un ancestro proximal. Sin embargo, dada la falta de transparencia, los virus en el laboratorio de WIV no pudieron verificarse de forma independiente. Además, se observan altas tasas de recombinación dentro de la sarbecovirus subgénero La recombinación produce genomas quiméricos, lo que aumenta la diversidad de CoV y hace que el rastreo de antepasados sea más complejo.
Por lo tanto, las firmas de recombinación en el genoma del SARS-CoV-2 no apuntan necesariamente a un origen zoonótico/de laboratorio. Se detectaron anticuerpos anti-murciélago CoV en personas que viven cerca de cuevas en China. Recientemente, se detectaron anticuerpos contra el nuevo rabdovirus aislado de murciélagos en personas que viven cerca del sitio de muestreo, lo que contribuye a la evidencia de que estos animales pueden albergar virus que infectan a los humanos.
Hipótesis 4: los primeros casos de COVID-19 sugieren el origen del SARS-CoV-2
Entre los primeros 174 casos de COVID-19 en diciembre de 2019, alrededor del 50% de ellos estaban vinculados a un mercado y, en particular, aproximadamente una cuarta parte estaba asociada con el mercado mayorista de mariscos de Huanan. Ninguno era científico que trabajara en murciélagos CoV. Las primeras fases del brote de COVID-19 mostraron claramente un vínculo con este mercado. Además, las primeras infecciones en Wuhan involucraron dos linajes de SARS-CoV-2, lo que sugiere múltiples eventos de contagio en humanos.
Observaciones finales
Según la evidencia existente, es poco probable que el SARS-CoV-2 fuera un virus adaptado al laboratorio o que se haya creado en el laboratorio. Asimismo, los datos científicos disponibles favorecen la hipótesis de la zoonosis. A medida que surja nueva evidencia, la comprensión del origen del SARS-CoV-2 evolucionará. Sin embargo, también es probable que el origen nunca se conozca de manera concluyente.


