En una revisión reciente publicada en la revista Nutrientes, los investigadores examinan los impactos del consumo de nueces en la salud humana y el medio ambiente. También se discutieron futuras direcciones de investigación que podrían mejorar los métodos de producción en condiciones climáticas en constante cambio.
Estudiar: Nuevas líneas de investigación sobre los impactos ambientales y en la salud humana del consumo de frutos secos. Haber de imagen: Krzysztof Slusarczyk/Shutterstock.com
Fondo
Aunque los frutos secos han sido durante mucho tiempo parte de la dieta humana, su alto contenido de grasa y energía llevó a muchos a evitar el consumo regular. Sin embargo, la ciencia de la nutrición moderna ha identificado varios beneficios para la salud asociados con las nueces.
Las guías dietéticas dirigidas a prevenir enfermedades crónicas y brindar una nutrición completa aconsejaron la inclusión de alimentos básicos con bajo contenido de grasas, sal y azúcar. Si bien la inclusión de nueces en los grupos de alimentos siguió siendo ambigua, la investigación sugirió que el consumo de nueces se asoció con importantes beneficios para la salud en un amplio nivel de población.
Estudios recientes han demostrado que el consumo de nueces está asociado no solo con la prevención de enfermedades crónicas y la mejora de la salud reproductiva, sino también con la salud del planeta. Además, las nueces constituyen una parte importante de las dietas basadas en plantas, y el consumo de nueces se ha relacionado con problemas que abordan los impactos ambientales de la producción sostenible de alimentos y el cambio climático.
Sostenibilidad del medio ambiente
La revisión actual analiza el papel del consumo de nueces en la promoción de la salud humana y la salud del planeta.
La industria agrícola utiliza aproximadamente el 70 % del agua dulce del mundo y es responsable de aproximadamente el 26 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Sin embargo, los frutos secos se han identificado como alimentos sostenibles, ya que son de origen vegetal, se pueden consumir enteros o con un procesamiento mínimo, tienen una larga temporada, generan pocos residuos y se pueden almacenar y transportar fácilmente.
Aunque los frutos secos se consideran un alimento sostenible, los amplios requisitos de insumos químicos y de agua para las prácticas agrícolas intensivas necesarias para producir frutos secos han generado preocupación. Sin embargo, las prácticas agrícolas tradicionales utilizadas para cultivar nueces son más sostenibles.
A pesar de la falta de información del análisis del ciclo de vida de las nueces, se ha descubierto que las nueces tienen un impacto ambiental relativamente bajo cuando se miden por gramo de proteína. Por ejemplo, en un estudio que comparó los impactos ambientales de cinco fuentes de proteínas comunes, incluidos los huevos, las legumbres, las nueces, la carne roja y las aves de corral, se descubrió que la proteína de almendras era la segunda fuente de proteínas mejor clasificada después de los frijoles.
Los frutos secos se ajustan a los parámetros de una dieta sostenible, que incluye la proporción de alimentos de origen vegetal frente a los de origen animal, la proporción de alimentos integrales frente a los alimentos procesados, la proporción de alimentos de origen local o de temporada frente a los alimentos que están fuera de temporada o contexto, y la proporción de alimentos consumidos versus desperdiciados.
salud reproductiva masculina
Las nueces son ricas en nutrientes como ácidos grasos insaturados, minerales, antioxidantes, fitoesteroles, vitaminas, polifenoles y fibra. Como resultado, las nueces se asocian con varios beneficios para la salud, incluida una mejor salud reproductiva masculina.
Aproximadamente el 15 % de la población mundial lucha contra la infertilidad, y entre el 40 % y el 50 % de estos casos se notifican entre los hombres.
El estilo de vida y los patrones dietéticos pueden afectar la calidad del esperma y la salud reproductiva masculina en general. Una dieta saludable, que incluya el consumo de frutas, verduras, mariscos, pescado, cereales integrales y frutos secos, junto con una ingesta reducida de alcohol, azúcar, cafeína y alimentos procesados, se ha relacionado con una mejor calidad del esperma.
Los modelos animales que consumen dietas suplementadas con avellanas y anacardos han demostrado la capacidad del consumo de nueces para mejorar la calidad y la funcionalidad de los espermatozoides. Además, dos ensayos clínicos aleatorizados en humanos, uno con la inclusión de nueces y el otro con el consumo de almendras, nueces y avellanas, mostraron que el consumo de nueces mejoró significativamente el conteo, la vitalidad, la motilidad y la morfología de los espermatozoides.
Estos estudios indican que el consumo de nueces puede mejorar la salud reproductiva masculina y la calidad del esperma. Sin embargo, se necesita más investigación para comprender los mecanismos a través de los cuales el consumo de frutos secos modula la fecundidad.
patrones dietéticos
Los avances en la ciencia de la nutrición, junto con un cambio en el enfoque de los nutrientes a los patrones dietéticos para abordar las enfermedades crónicas relacionadas con el estilo de vida, han resultado en la inclusión de las nueces en las dietas saludables.
Las nueces son una fuente de alimento natural y consisten en ácidos grasos insaturados, fibra, micronutrientes esenciales y polifenoles. Además, el consumo regular de nueces se ha asociado con una menor incidencia de enfermedades crónicas como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la diabetes tipo 2.
La dieta mediterránea, que ha demostrado reducir el riesgo de varias enfermedades crónicas, incluye frutos secos como parte habitual de la dieta. Sin embargo, la ingesta de la población no parece cumplir con los niveles recomendados para el consumo de frutos secos.
Incluir nueces en las pautas dietéticas globales recomienda consumir entre 15 y 30 gramos de nueces al día. Sin embargo, las variaciones en las asignaciones de grupos de alimentos presentan desafíos cuando se comparan las ingestas de la población con las recomendaciones actuales.
Conclusiones
Si las nueces se producen utilizando prácticas de cultivo tradicionales, benefician significativamente la salud humana y del planeta.
Ricos en proteínas y una amplia gama de nutrientes, los frutos secos se han relacionado con una mejor salud reproductiva masculina, mejores perfiles de lípidos y un menor riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares. Estos beneficios para la salud podrían impulsar la mejora de las prácticas ambientales sostenibles para aumentar la producción de frutos secos y, como resultado, permitir una mayor inclusión de frutos secos en las dietas de todo el mundo.
Referencia de la revista:
- Tapsell, L., Sabaté, J., Martínez, R., y otros. (2023). Nuevas líneas de investigación sobre los impactos ambientales y en la salud humana del consumo de frutos secos. Nutrientes15, artículo 4. doi:10.3390/nu15040955


