Las mujeres embarazadas en los EE. UU. están obligadas a controlar y controlar su presión arterial durante y después del embarazo en respuesta al aumento de la mortalidad materna en el país.
El martes, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. emitió un proyecto de recomendación proponiendo un tamizaje obligatorio para trastornos hipertensivos en mujeres embarazadas. El panel de voluntarios también instó a los proveedores de atención médica a controlar la presión arterial de las pacientes embarazadas desde el principio del embarazo y hasta seis semanas después del parto.
Es la primera vez que el grupo de trabajo propone la ampliación de las recomendaciones de detección para incluir los trastornos hipertensivos entre las mujeres embarazadas, según CNN.
El borrador es consistente con una declaración anterior emitida en 2017 que recomendaba la detección y el control de la presión arterial durante el embarazo.
El miembro del grupo de trabajo, el Dr. Esa Davis, profesor asociado de medicina en la Universidad de Pittsburgh, le dijo a CNN que ya se recomendaban mediciones de la presión arterial durante las visitas prenatales.
“La diferencia ahora realmente destaca la importancia de eso: que este es un enfoque único que es muy efectivo”, señaló Davis.
“Dado que el proceso de detección y el manejo clínico es similar para todos los trastornos hipertensivos del embarazo, estamos ampliando la detección de todos los trastornos hipertensivos, es decir, hipertensión gestacional, preeclampsia, eclampsia”, agregó.
El borrador de recomendación llegó en un momento en que EE. UU. está luchando con un récord de muertes relacionadas con el embarazo. El país registró la tasa más alta entre las naciones industrializadas.
Entre las principales causas de muerte relacionadas con el embarazo se encuentra la hipertensión, con la New York Times informando que los trastornos de la presión arterial en mujeres embarazadas se han duplicado en prevalencia en las últimas tres décadas. Se descubrió que los trastornos son la principal causa de muerte entre las mujeres nativas americanas y negras durante y después del embarazo.
“Nuestras madres se están muriendo”, dijo al Times la vicepresidenta del grupo de trabajo, la Dra. Wanda Nicholson, y agregó que la propuesta busca “llamar la atención sobre las disparidades raciales en las muertes y morbilidad materna”.
El grupo de trabajo indicó en su recomendación que, con certeza moderada, la detección de trastornos hipertensivos en madres embarazadas tiene un beneficio neto sustancial.
Los Estados Unidos Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) publicaron datos el año pasado que muestran que entre 2017 y 2019, la prevalencia de trastornos hipertensivos entre las hospitalizaciones por parto aumentó del 13,3 % al 15,9 %. La prevalencia más alta se registró entre las mujeres negras (20,9 %) y las mujeres indias americanas y nativas de Alaska (16,4 %).
