La pérdida abrupta y profunda del olfato y el gusto son dos síntomas únicos de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), causada por el virus del síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2). Se ha observado que alrededor del 4% de los pacientes que se recuperan de COVID-19 muestran signos persistentes de un sentido del olfato o del gusto distorsionado entre 6 y 12 meses después.
En un nuevo estudio publicado en el medRxiv* servidor de preimpresión, científicos en los Estados Unidos evaluaron el alcance de la disfunción olfativa y gustativa posterior a COVID-19 para obtener información más profunda sobre la calidad y la gravedad de los síntomas durante un año.
Estudiar: Características clínicas y sintomatología a largo plazo de la disfunción olfativa y gustativa post-COVID-19. Haber de imagen: Shchus/Shutterstock
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Las interrupciones temporales en el olfato y el gusto normales son comunes en muchas afecciones inflamatorias nasales crónicas e infecciones del tracto respiratorio superior. Sin embargo, la característica distintiva clave de COVID-19 es el inicio repentino y la gravedad de los síntomas. Las investigaciones han demostrado que hasta el 68 % de los pacientes informan alteraciones del olfato y el gusto, y alrededor del 55 % se recupera en seis meses.
Se ha documentado una asociación entre la disfunción olfativa y la expresión del receptor SARS-CoV2 (ACE2). Sin embargo, los mecanismos subyacentes a la disfunción persistente del olfato y el gusto siguen sin estar claros. La situación se vuelve más compleja por el hecho de que no hay distrés o disfunción neuronal. Algunos investigadores han estudiado las diferencias mecanísticas o neurológicas de las distintas cepas del SARS-CoV-2, pero aún no se han analizado los síntomas sensoriales y la gravedad en las principales oleadas de la pandemia.
Acerca del estudio
El objetivo principal del presente estudio es analizar las características clínicas de la disfunción gustativa y olfativa post-COVID. Esto podría reducir los predictores de disfunción sensorial persistente en pacientes con sintomatología crónica o recuperación durante un año.
En este estudio se incluyeron pacientes adultos con antecedentes de COVID-19 y pérdida del olfato o del gusto durante más de 1 semana. Un total de 426 pacientes se inscribieron en un registro en línea y se les enviaron 8 cuestionarios de estudio en 4 puntos durante un año. Las preguntas estaban relacionadas con el uso de medicamentos, el historial de tabaquismo y el historial de COVID-19. La terminología utilizada para la distorsión del olfato fue disosmia y para la distorsión del gusto disgeusia.
Resultados clave
Las predisposiciones y amenazas médicas, en particular las enfermedades nasales, fueron un área de enfoque clave del estudio. Esto se debe a que tales condiciones podrían hacer que las personas sean más susceptibles a la disfunción sensorial después de una infección por SARS-CoV-2. La rinosinusitis crónica, la congestión nasal y las alergias ambientales mostraron frecuencias significativamente diferentes en las principales olas de la pandemia. Sin embargo, la recuperación se asoció solo con alergias ambientales, lo que indica un sistema inmunológico hiperactivo capaz de minimizar el daño inducido por COVID-19.
Los participantes confirmaron que los enjuagues, los esteroides (orales o intranasales) y los aerosoles nasales no podían brindar alivio o recuperación temporal. Esto hizo que fuera emocionalmente desafiante y frustrante para ellos hacer frente a esta condición y al lento progreso. Los pacientes también informaron alteraciones del estado de ánimo más significativas, lo que podría deberse al estigma en torno a los síntomas inducidos psicológicamente o la longevidad de los síntomas.
Según los datos, los pacientes podrían clasificarse en una de las cuatro categorías: disosmia, disgeusia, disosmia subjetiva y disosmia/disgeusia. Los síntomas autoinformados por los participantes se validaron con medidas clínicas y se compararon con olores y sabores específicos que podrían afectar su vida diaria. Se informaron problemas relacionados con olores desagradables y peligrosos, lo cual es problemático para la calidad y la salud mental. En cuanto a los gustos, se observaron habilidades variadas para percibir sabores y diferencias sutiles en los alimentos.
Observaciones finales
La falta de diversidad de género y racial/étnica fue una limitación fundamental del estudio, aunque el registro se proporcionó en inglés y español. Podría ser útil estudiar las diferencias entre los pacientes infectados en diferentes momentos dentro de la pandemia. La investigación futura podría profundizar en este tema comparando datos mecánicos sobre la disfunción olfatoria y gustativa posterior a COVID y las características clínicas.
En general, COVID-19 se caracteriza por una disfunción gustativa y olfativa persistente, que ocurre junto con síntomas agudos de infección, pero que no mejora. Este estudio ayudó a obtener información sobre la calidad y la gravedad de la disfunción del olfato y el gusto que los pacientes aún experimentan después de la infección. A pesar de ser un estudio basado en datos autoinformados y no poder medir las habilidades del olfato y el gusto de todos los participantes, los investigadores notaron una marcada similitud entre los participantes reclutados.
El siguiente objetivo sería comprender el mecanismo subyacente a estas características clínicas en el estudio actual y compararlas con los datos del registro. Esto podría ser crucial para generar trayectorias de pronóstico para los pacientes de acuerdo con la posible exposición a la cepa del SARS-CoV-2 y probar nuevos cursos de tratamiento específicos.
*Noticia importante
medRxiv publica informes científicos preliminares que no son revisados por pares y, por lo tanto, no deben considerarse concluyentes, guiar la práctica clínica/el comportamiento relacionado con la salud ni tratarse como información establecida.


